canon

Las licencias famosas son siempre peligrosas y generan desconfianza en el mundo de los videojuegos. Es absurdo, porque una de las cosas que los videojuegos podrían hacer muy bien es expandir los mundos imaginarios limitados que se pueden ver en las películas o en los libros, ofreciendo la ilusión de vivir los personajes y su mundo desde una nueva perspectiva. Pero son tantos abusos, tantos juegos facilones y faltos de ambición creados a partir de mundos de gran potencial, que no es de extrañar la desconfianza con la que muchos se acercan a esta clase de títulos.

De una licencia de fantasía, pocas pueden rivalizar con Conan, cuyo extenso material en libros, cómics y películas, además del atractivo natural de su universo y sus personajes, empezando por el propio anti-héroe protagonista. No es de extrañar que se haya intentando múltiples veces aproximarse a ese universo en el mundo del videojuego, sin conseguirse grandes éxitos todo sea dicho.

Es por ello que extraña el tener no uno sino dos juegos en desarrollo basados en Conan: Hyborian Adventures, un MMO, y este título, que nos devuelve al bárbaro más salvaje en una aventura llena de violencia, combates a muerte, miembros desmembrados y mujeres de generosos pechos desnudos. Nihilistic no se ha complicado mucho la existencia a la hora de dar vida a su juego y se ha centrado en crear un sistema de combate que haga al jugador sentirse poderoso y brutal, a la vez que ha incorporado suficientes elementos como para que el personaje esté bien caracterizado a través de sus acciones y expresiones.

La historia es sólo una excusa para poner a Conan en diferentes escenarios exóticos en los que luchar, es una pena –puesto que hay historias muy buenas del personaje- pero la naturaleza del juego pertenece puramente a la acción y, salvo algunos elementos de plataformas y unos pocos puzzles bastante evidentes, no hay nada que distraiga al jugador de sus tareas de machacar a docenas de enemigas a golpe de espada, hacha o incluso las manos desnudas del Cimerio.


Gráficos
El estudio ha realizado un trabajo bastante particular en materia de gráficos. El renderizado es ciertamente extraño y da al juego un aire característico, más borroso y menos definido de lo que suelen ser los juegos hoy en día. También se pueden apreciar algunas formas del escenario muy poco ortodoxas, como las hojas de los árboles. El resultado no es inmediatamente atractivo, pero varios paisajes y escenarios demuestran las virtudes de esta extraña aproximación, de la que lo más ajustado que se puede decir es que funciona bien, con algunos paisajes atractivos y otros no tanto.

La animación de este título no pasa de correcta, es seguramente uno de los aspectos más flojos, aunque tampoco demasiado, lo suficiente para cumplir su cometido. Más sugerentes son los efectos gráficos que se desprenden de la batalla, en las que las decapitaciones o los desmembramientos son más que habituales, acompañados de auténticos mares de sangre. En ese sentido, se ha hecho un buen trabajo en hacer que el juego desprenda una sensación de violencia superior a la de otros títulos en el mercado, con movimientos brutales en los que el bárbaro arranca el corazón de sus enemigos o los parte por la mirad en el aire.

Otro problema que se ha detectado es que, pese a que los entornos son exóticos y variados, la forma de plantear el avance del protagonista es totalmente lineal, creando unos escenarios que resultan un tanto sosos en su planteamiento. Aunque se puede argumentar que dada la naturaleza del juego, tampoco era necesario contar con grandes espacios o libertad de movimiento. Con todo, hay que exigir más, ya que crear escenarios interesantes no es sólo un aspecto más dentro del apartado jugable, sino que también repercute en lo visual, como es el caso.

El juego posee algunos momentos realmente atractivos con otros no tanto. Entre sus aciertos se cuenta la caracterización de Conan, para el que se han evitado detalles estilizados y se ha optado por reproducirlo en toda su crudeza, de modo que en algunas tomas del juego aparece como un monstruo apunto de devorar a alguien.

Audio
Las melodías del juego casan bien con el escenario y el protagonista, son temas que buscan acercarse a ese tono mítico y emocionante de las películas, aunque sólo logran una aproximación y poco más. Básicamente, la melodía y su ejecución son adecuadas a cada momento, pero ese trabajo carece de los entresijos que haría un trabajo en audio más rico y digno de admiración. El doblaje al castellano tampoco ofrece gran cosa en lo que se refiere a dar vida a los personajes, máxime teniendo en cuenta el poco diálogo que hay. No es el mejor juego para justificar un cambio en la tecnología utilizada habitualmente para el audio.

Jugabilidad
La estructura de este título es bien sencilla. Después de los hechos narrados en los comienzos, un amnésico Conan visitará diferentes emplazamientos en busca de piezas de una armadura, que no es otra que su propia armadura, que ha sido hechizada sin que el propio bárbaro se de cuenta. Estas piezas suelen estar en criaturas monstruosas de gran tamaño, que hacen las funciones de “jefe de la fase”. Es curioso como, tantos años después, la forma de estructurar el juego no ha cambiado tanto, incluso con todos los avances tecnológicos producidos.

Aunque la forma de estructurar el juego sea tan obvia, lo que ha conseguido Nihilistic con este título es ofrecer un sistema de combate realmente divertido y no exento de profundidad. A partir de la inclusión de una gran cantidad de combos de fácil ejecución y diferentes estilos de combate, el estudio ha ido hilvanando un sistema que funciona realmente bien y que ofrece una gran cantidad de horas de entretenimiento.

La variedad de las habilidades de Conan es ciertamente alta, ya que, además de su fiel espada, puede tomar cualquier arma del enemigo, lo que en la práctica añade tres tipos de combate –armas a dos manos, armas dobles y arma con escudo-. Cada uno de esas formas de combate tiene una buena cantidad de golpes especiales y técnicas que se pueden “comprar” a medida que se va acumulando experiencia. Puesto que cambiar de armas es muy fácil y hay una gran variedad de enemigos, cada uno con sus propias fuerzas y debilidades, es recomendable ir cambiando frecuentemente de estilos.

Pero los combos y movimientos especiales no son sólo golpes, sino que también contemplan llaves y contraataques, siendo éste uno de los factores determinantes en cualquier lucha; si consigues protegete en el momento justo se abre la posibilidad de ejecutar un movimiento mortal a cámara lenta. El efecto es demoledor desde el punto de vista gráfico, y además proporciona un necesario respiro contra grupos numerosos de enemigos. Es cierto que Conan tiene algunas similitudes “sospechosas” con God of War, pero esas sospechas se disipan al rato, ya que es fácil comprobar que el sistema de combate de este título es bastante distinto, más sucio y visceral, a la vez que más variado también.

La gran variedad de combinaciones de golpes que se van abriendo a lo largo del juego acaba por conformar un mosaico en el que, a pesar de la simpleza del planteamiento, es fácil quedarse horas y horas combatiendo sin más, intentando alternar todo tipo de movimientos mientras se oyen las típicas expresiones que se pueden esperar de Conan mientras barre a sus enemigos; es un juego con un buen sentido del humor y en que se ha querido dar al personaje una autenticidad que no es fácil de encontrar.

Es una pena que no se haya ido un poco más lejos y no se haya incorporado un modo cooperativo, ya que es un juego que pide a gritos esa posibilidad. Tiene cierta rejugabilidad ya que el modo de dificultad elevado supone un reto muy interesantes, además de que el sistema de combate es tan variado que no se puede profundizar en todas sus ramas durante una sola partida. Pero un modo cooperativo hubiera sido perfecto.

Conclusión
Muchos se dejarán llevar por los prejuicios y tomarán a este título como un mero clon de God of War, pero sin sus valores de producción. Además, la demostración que se ha dejado del juego en Xbox Live no resulta muy convincente a la hora de demostrar sus cualidades, lo que seguramente desanimará a muchos. Pero los que quieran un juego de acción sin complejos, con una gran variedad de acciones y que consigue divertir y entretener sin pedir mucho a cambio, puede que encuentren un buen aliado en la obra de Nihilistic.